En contraste con las
horrorosas condiciones del profundo Borneo, en Australia 86 se cubrió la mayor
distancia en la historia de los 7 Camel Trophy en el tiempo más corto. La prueba
se desarrolló en el extremo norte del estado de Queensland, en la parte tropical
de la Península del
Cabo de York. La ruta desde el histórico asentamiento de Cooktown, mirando a
la Gran Barrera de coral,
llevo a las 14 naciones participantes a través de 3.218 kms de desierto antes de
alcanzar su destino en Darwin, 13 días después. Se trata de una de las zonas más
cálidas y húmedas del mundo, con una media de dos huracanes por año, y provista
de una intrincada vegetación selvática formada por arbustos muy duros, cuyas
raices crecen en ocasiones por encima del nivel del suelo. Basta recorrer unos
cuantos kilómetros para entender que quería decir el capitán Cook cuando lo
calificó de “tierra inhóspita”.,
En
esta aventura del Camel Trophy, además de países ya veteranos en el trofeo,
participaron por primera vez equipos de Australia, Gran Bretaña, Francia y
Malasia. La representación española, tras el habitual proceso de selección –
cada vez más duro, debido al incesante aumento de solicitudes – quedó en manos
de Sergio Klein e Ignacio Aguirre, que formaron el equipo peninsular, y de
Javier MENA y José Robayna, integrantes del equipo canario. Aunque solo tomaron
parte 14 equipos, esta fue la edición con mas alta participación de su historia,
conduciendo otra vez un Nuevo tipo de vehículo salido de las fábricas de Land
Rover, el Land Rover 90.
Las pruebas especiales, tanto las de orientación como las de dominio de los vehículos, resultaron verdaderamente duras, sobre todo si se tiene en cuenta que el trayecto era en si mismo una prueba interminable, en continua lucha contra el calor, los riesgos de deshidratación – que los aborígenes combaten untando sus cuerpos con grasa de canguro – y las numerosas averías mecánicas a que fue preciso hacer frente. El convoy progreso a través del seco y polvoriento interior haciendo una media de aproximadamente 250 kms diario durante las 2 semanas que duro la expedición.
Un
momento de especial incertidumbre se produjo cuando la expedición tuvo que
cruzar el río Michel (foto derecha) inagurando una nueva forma de transporte que ayudaria a
forjar la leyenda del Camel Trophy: “El Rafting”. Los vehículos se colocaron
sobre dos lanchas zodiac, dispuestas en paralelo, con una plataforma encima y
sendos motores fuera borda. Al riesgo de hundimiento de tan inestable
embarcación, se unía la presencia nada amistosa de algunos cocodrilos que,
afortunadamente, no tenían el tamaño de otros contemplados días antes por los
hombres del Camel Trophy. El comboy empleo 24 horas en cruzar el caudaloso
río.
Todas estas peripecias se sucedieron bajo el cielo australiano con la presencia de un espectador de excepción: el cometa Halley, que en 1986 volvió a hacer visible su estela luminosa sobre nuestro planeta, suscitando una vez más esa mezcla de interés científico y temor atávico que siempre ha estado unida a su nombre a lo largo de la historia.
Es probable que algunos de los participantes intentaran descifrar en la pálida luz del astro algún signo revelador de su suerte en la prueba o que incluso le atribuyeran el rostro benévolo o esquivo que les mostraba la fortuna. La verdad es que tuvieron pocas oportunidades para entretenerse en este tipo de conjeturas, pues la dureza del recorrido exigía en todo momento una gran concentración y el máximo aprovechamiento de las horas de descanso para reponer fuerzas.
Al
final, El equipo francés formado por Jacques Mambre (con una herida severa en la
cabeza) y Michel Courvallet, que participaban por primera vez en una edición del
Camel, fueron declarados ganadores en la meta de Darwin y segundos los
italianos, seguidos muy de cerca por el equipo canario, que alcanzaba el mejor
puesto logrado hasta entonces por los representantes españoles en el Camel
Trophy, en lo que al aspecto competitivo se refiere. El premio al espíritu de
aventura fue reservado para los australianos Glenn Jones y Ron Begg.
Uno
de los participantes resumía con estas palabras la experiencia australiana: “ha
sido un acontecimiento feliz para todos. Hemos escapado durante unos días a la
monotonía de la vida cotidiana y hemos descubierto en nuestro propio ser
aspectos que ignorábamos. En cierto modo ha sido una victoria de cada uno sobre
sí mismo”.
Video en español con Miguel de la Cuadra Salcedo:
Video en español con Miguel de la Cuadra Salcedo:
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