miércoles, 11 de febrero de 2015

1981 - SUMATRA

Debido al éxito del año 80 las solicitudes para participar en Camel Trophy 81 Sumatra se multiplicaron por 10. Por segundo año consecutivo solo se permitieron equipos de la República Federal Alemana. 5 equipos con 8 hombres y 2 mujeres, Karin Stoppa y Anneliese Valldorff, se prepararon para afrontar otro reto a través de los retos del lejano Este. El lugar seleccionado esta vez, fue la isla indonesia de Sumatra y la ruta programada consistió en recorrer 1.600 kms desde Medan en el ecuador hasta Jambi en el Sur, sobre pistas que en grandes tramos transcurrían por auténticos cenagales.
Los organizadores habían aprendido bien la lección del año 1980 y eligieron para la presente edición vehículos Range Rover, siendo estos los únicos considerados lo suficientemente fiables y robustos para poder soportar las inclemencias y castigos que pudiera infligir las junglas ecuatoriales. Sin embargo, Sumatra enfrento a los equipos con otros muchos problemas y dificultades, siendo lo más notable el cambio dramático del tiempo debido a la variación del terreno.

Empezando su viaje en las tierras frias volcánicas del norte, el convoy se introdujo en los pantanos tropicales del sur. El cambio de la humedad y de temperatura era tan extremo que dejaron los equipos sin energías ni fuerza.

 
La organización escogió varios puentes semiderruidos sobre el legendario río Kwai para celebrar sobre ellos algunas de las pruebas especiales, superadas por todos los equipos con una enorme frialdad, ya que el más pequeño error podría haber dado con los vehículos en el río. Asimismo, entre otras pruebas de difícil ejecución, se dispuso el cruce de un extenso lodazal en el que sirvieron de poco las poderosas cualidades de tracción de los todoterreno, ya que en ocasiones quedaron empotrados en el fango hasta la altura de los volantes y hubo que recurrir al uso del winch, o cabestrante, para poder hacerlos avanzar.
La prueba comienza el 9 de abril en Berastegui, un pequeño pueblo en el norte de la isla. El primer contratiempo “burocrático” se lo encuentran a las 2 horas de partir, en Kabanhaje, la capital regional, donde el Comandante de la región les retuiene por no tener claro que estan haciendo esta gente en su región. Entre Andreas Bender, el líder de la expedición y su interprete David, apodado King Kong, negocian durante 4 horas en la casa del comandante, pero no resuelven el problema.

Los soldados se situan delante y detrás de la caravana para no dejar salir a nadie y mientras los niños no paran de tocar todo debido a su curiosidad. Por la tarde y solo después de una pequeña “explicación económica” al convoy se le permite seguir su camino. Los expedicionarios aprenden una importante lección, cuanto más dinero se entregue, menos tiempo se pierde. Había que recuperar el tiempo perdido. Por una pista en la que el hombre blanco no había conducido durante más de 20 años, los agujeros de medio metro de profundidad se suceden. Los ejes y las suspensiones de los Ranges son castigados al máximo y sufren unos cuantos pinchazos. Dos horas después de media noche llegan a su primer destino. Esa noche los participantes rehusan comer “carne de perro, delicatesen indonesia” y descubren que sus camas son las mesas sobre las que estan comiendo.

El segundo día comienza con optimismo, 20 kms de buena pista. De repente el camino se corta y tienen que de dar la vuelta. Andreas y King Kong hicieron este camino el año pasado. La alternativa esta llena de plantas carnívoras. Las chicas quedan atascadas en un agujero de fango. Después de 1 hora de duro trabajo el coche es rescatado. Hans, después de dirigir la operación de rescate es apodado la Montaña Bavara. Por fin vuelven a conectar con la pista, aunque ahora está muy resbaladiza. Al día siguiente deben cruzar un río, 500 metros contracorriente. Tras algunas dificultades todos los vehículos cruzan al otro lado. Los caminos son mejores pero tienen el problema de los viandantes. Por adelantar a un ciclista el vehículo del doctor se sale y se queda colgando una rueda sobre un barranco de 15 metros. De nuevo la Montaña Bavara dirige la operación de rescate. Tras el duro trabajo pide al doctor un poco de medicina (whisky).

 
Se encontraron con distintos puentes, en los que se perdía mucho tiempo ya que multitud de veces había que repararlos, hay que pasarlos de noche varias veces, iluminados por los focos y antorchas, todo el mundo ayuda a cruzar los vehículos. Las largas paradas en los ríos producen stress y nervios. Las luces atraen a toda clase de bichos y mosquitos.
En otra de las jornadas una rampa de un ferry pone a los equipos a prueba, ya que esta cubierta de barro y bastante inservible. Toda la calma del mundo es requerida para subir los coches al ferry. Eso sin tener en cuenta el ferry, que no es mas que un montón de troncos atados y tirados desde el otro lado por un motor que parece que se va a parar en cualquier momento. No obstante hay otras recompensas como son la variedad de colores de los diferentes cultivos y la puesta de sol.
Otra noche les cayó el diluvio universal sobre sus cabezas. El rió sube un metro en menos de 15 minutos. El ferry que tiene que llevarlos al otro lado no puede funcionar.

Deben de buscar caminos alternativos hasta que encuentran un puente para cruzar el rió, un puente que probablemente no se ha usado con vehículos en los últimos 25 años. El cruce del puente se hace muy despacio ya que tienen que poner trozos de madera delante de los vehículos para impedir que caigan. Todo esto bajo un calor sofocante que haría hervir al mismo rió.

 
Las jornadas se vuelven insufribles debido al calor. Si se cierran las ventanas no se soporta el calor. Si se abren los mosquitos atacan. En una de estas se encuentran un autobús y un camión. Están atascados en medio de la pista. La Montaña Babara pide a los pasajeros del autobús que salgan para facilitar el rescate, pero los pasajeros no quieren por miedo a perder sus asientos. Al final son convencidos. Con la ayuda de 3 Range Rover los monstruos son liberados.
Los participantes cruzan el ecuador y algunos de los miembros reciben el ritual del bautismo del ecuador, con bastante cerveza por cierto. El camino hasta el final comienza a ser más fácil. Finalmente, la pareja formada por Christian Swoboda y Knuth Mentel consiguió alzarse con el triunfo. Pese a las dificultades y contratiempos, el éxito volvió a coronar la aventura, de ahí que os organizadores pensaran en la conveniencia de dar cabida en ella a participantes de otros países. 

Breve resumen en Inglés:

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